El valor de la crítica.
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Yo según la IA. |
Hace unos meses una docente que hoy tengo el privilegio de referirme como amiga, me decía con su clásica sonrisa y voz de aliento en buena onda; “sigue criticando”. Si bien esta sola frase se sintió como un abrazo de apoyo, entiendo que provino de una profesional que, además tiene un doctorado en crítica de la arquitectura. Es preciso señalar que la profesión de la arquitectura es una que, a diferencia de muchas otras, basa y estructura la formación del profesional en base a la crítica constante de los proyectos que los alumnos desarrollan. Es así que para un profesional de la arquitectura la crítica y autocrítica de ideas y proyectos es una constante innata.
En ese sentido, entiendo también que fuera del mundo de la arquitectura existe un margen amplio de excelentes profesiones que no tienen tan presente este ejercicio analítico. En línea con ello es entendible el rechazo (a veces) generalizado que puede existir hacia la crítica, sin embargo en este texto quisiera ayudar a reconocer lo natural e importante de la crítica. Quizá la manera más sencilla de desatanizar la crítica es poner algunos ejemplos de crítica que muchos consumen o que alguna vez consumimos.
Programas televisivos como “Yo soy”, “el gran chef” son, en esencia programas de crítica. Uno es crítica musical y la otra gastronómica. Si queremos ampliar el panorama, podríamos recordar que programas como tan antiguos como Aventura Culinaria de Gastón Acurio o canales de YouTube, Instagram o Tiktok que hacen reviews, son en esencia crítica. Los premios Oscar, los Grammy, el Balón de Oro, los FMS, incluso la Casa de los Famosos, son en el sentido más elemental, crítica. En este punto imagino que será redundante pero igualmente quiero señalar que existen diversas profesiones con maestrías en crítica.
Al cierre de este año, creo que ha habido un avance que, en lo personal, me permite ver en retrospectiva las críticas hechas en relación a lo que ha venido sucediendo en el quehacer urbano de la ciudad del Callao, estoy convencido de que hoy, no estaríamos hablando de la ciudad del Callao y el derecho a la ciudad de todos sus habitantes, si no hubiera existido crítica.
Me incomoda tener que hablar en primera persona para auto señalar por este medio, la contribución que he hecho desde la crítica en favor de evidenciar la importancia de mi ciudad, Callao. Pero ya luego de casi 10 años de incidencia en favor de mi ciudad, ser objeto de burlas por parte de algunas amistades, profesionales y una potencial antipatía por parte de algún grupo de colegas limeños, puedo decir que lo volvería a hacer, porque justamente por desde la crítica es que hoy Callao ha avanzado. Desde el hecho que, Callao es cada vez más reconocida como la ciudad que es y ha sido desde 1700s, hasta el modo en que medios de prensa se refieren a la tercera urbe más grande del Perú, son algunos puntos que se suman a pedidos cada vez más interiorizados por la propia población chalaca, no solo queremos seguir viviendo en nuestra ciudad, queremos poder vivir bien y no vernos obligados a ir a Lima para todo, queremos desarrollar todo en nuestro Callao.
Evidentemente la bola de nieve sigue creciendo y especializándose. Incluso las acciones aisladas, sectorizadas en una temática o Pre existentes a esta bola de nieve producto de la crítica, se fortalece al entrar en contacto con el cada vez más diverso grupo de chalacos y chalacas que entendimos lo importante que es ser autónomos. Entender que, como Provincia Constitucional y Región tenemos todas las capacidades y competencias para desarrollar nuestra ciudad pensando en mejorar nuestra calidad de vida, es ese argumento base que hoy difundimos y difundimos cada vez más habitantes de Callao. Está claridad influye de manera positiva a los que luchan por una causa justa (que en Callao tenemos muchísimas) hasta los que quieren desarrollo económico dentro de la metrópoli que posee dos de los equipamientos más importantes del Perú.
Desde la lucha contra la Vía Expresa Santa Rosa hasta el desarrollo del Club Sport Boys Association, son fenómenos chalacos que, al entender lo que es en realidad Callao, se fortalecen cada día. Todo eso y tantas otras cosas que suceden y vendrán a suceder en mi amado Callao, y si hoy desaparezco, sé que contribuí (en principio) desde la crítica para hacer re-encender el fuego chalaco que nos hizo merecedores de ser considerados la fiel y generosa ciudad del Callao, asilo de la leyes y de la libertad.
Finalmente, este es un llamado para que otros colegas arquitectos y urbanistas que, lejos de leer esto para decir “y este quien se cree?” Recuerden que la crítica es base fundamental en nuestra enseñanza, y que una vez terminamos la carrera, como profesionales, debemos recordar que nuestro aporte a la sociedad no está solo en desarrollar un trabajo remunerado. Podemos dar más, claro, si es que queremos nuestra ciudad.
En fin.
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